Los años en la época del colegio eran
largos, la mayor tragedia de esa etapa era que alguien perdiera el año, en
parte porque debía REPETIRLO, lo que se sentía como una eternidad. A medida que
se crece esto cambia, y se repite año tras año en lo últimos meses ese lugar
común “este año se fue volando”. Un año ahora parece un mes, y la única manera
de detener el tiempo, es haciendo algo afuera de la rutina, porque si los días
se repiten la sensación es que cada vez van a volar más rápido los años (La monotonía
hace que los días sean largos y los años cortos). Acá una lista de los que nos
dejó el 2015, porque recordar lo que ya pasó es otro instrumento para detener
el tiempo (por algunos instantes):
La esperanza: Lo más lindo
que tiene la democracia es la alternación del poder. Poner fin a muchos años de
un régimen y que llegue un nuevo liderazgo. Las elecciones de Bogotá, Venezuela
y Argentina dieron un nuevo aire de optimismo, que para muchos terminó en
fiesta (esperemos que sea fiesta sin guayabo). Los venezolanos se tomaron las
calles como si hubieran ganado un Mundial, después de la paliza que le dieron
en las urnas a Maduro y Cabello (Ahora en la Asamblea se dan el lujo de decir “Diputado
Cabello espere su turno”). En Argentina, los inversionistas volvieron a poner
los ojos en el país austral con la victoria de Macri. En Bogotá, a pesar de la
contaminación, se respira con tranquilidad y esperanza no tanto por Peñalosa,
sino por el fin de tres periodos de izquierda.
La decepción: Petro y se
nula capacidad de auto crítica. Su manera de entender la sociedad como suma
fija. Su discurso populista y miope “yo solo gobierno para los míos: los marginados”.
Por su manera de expresarse siempre polarizando y polemizando. Por ese
entendimiento torpe de la economía que entre más ricos haya es porque hay más
pobres (entre mas ricos haya habrá menos pobres, pues el rico lo es por la
plusvalía, y la plusvalía se hace con empleo. Además, mayor consumo e inversión,
mayor circulación del dinero, esencial para el funcionamiento del capitalismo).
Con Petro de alcalde perdimos un congresista extraordinario, por un mediocre
burgomaestre que sigue los pasos de la izquierda chavista, en vez de aprender
de una izquierda incluyente y responsable como la chilena.
El sabor dulce: El triunfo
contra Brasil en la Copa América después de 24 años sin ganarles. Derrotarlos
por segunda vez dejó una sonrisa de días, es más, solo al recordarlo la misma
sonrisa vuelve. No hubo fútbol pero ese partido se ganó con huevos, los mismos
que muchas veces la reclamamos a la Selección.
La amenaza mundial: El
Estado Islámico. Lo de Paris fue lo que llegó a los medios de occidente, pero
muchos olvidan que también volaron un avión con 220 pasajeros que salía de
Egipto hacia Rusia (Eran turistas rusos que estaba en Sharm el Sheikh, una
especie de Cancún de Egipto). A esto se le suma los asesinatos de otros
musulmanes (en especial Chitas), y moderados. Igual que cristianos egipcios en
un video que dio la vuelta al mundo. Es una barbarie, pero no es muy distintos
a lo que hicieron los católicos en el siglo XVIII en París, el día que salieron
a las calles a asesinar protestantes, sin importar que fueran sus vecinos de
muchos años, en lo que se conoce como la masacre de San Bartolomé. Por eso, hay
una cita que explica esto “Hay tres tipos de personas: lo que leen, los que no
leen y los que una y otra vez leen siempre el mismos libro, estos últimos son los
más peligrosos”.
La imagen: Los pocos
segundos que duró el reinado Ariadna Gutiérrez en Miss Universo, y la paranoia general
del colombiano de siempre sentir “que no están robando”. (De pésimo gusto los
comentarios y chistes racistas en contra del presentador). Por qué no se puede pensar
que fue un error y está.
La hazaña: La de Santa Fe
que ganó el torneó del segundo semestre que todos los equipos del continente querían
ganar. Con una nómina limitada, llena de Gordillos, Salazares, Balantas, pero
con un arquero inspirado, un zaguero superlativo y mucho orden táctico y huevos
ganó un campeonato eliminando a equipos históricos como Independiente y Nacional
de Montevideo.
El ganador: Sin duda fue
el vicepresidente Vargas después de las elecciones de octubre, a quien se
refieren como Vargas Lleras, sin caer en cuenta que decir su segundo apellido es
una estrategia de Vargas pues el Lleras le da esa connotación de estadista (o
acaso decimos Pastrana Arango o Petro Urrego o Peñalosa Londoño). Fue tan
evidente su victoria que el día de las elecciones en la alocución presidencial
no pudo disimular su sonrisa, poco frecuente en su rostro (solo le faltó
destapar la champaña). Ganó Vargas y su partido Cambio Radical, que de cambios ha
logrado muy poco, pues su partido lleva periodos consecutivos en la Guajira, y
allá siguen las mafias, la corrupción y los niños literalmente muriéndose de hambre.
Pero Vargas es un genio de las comunicaciones, al punto que se desmayó en pleno
acto público y lo que se entiende como una muestra de debilidad, se justificó
como “consecuencia de sus extensas jornadas de trabajo”.
La expectativa: Tiene
nombre y apellido: Proceso de Paz. Parece inminente que se firmará un acuerdo
con las FARC pero no hay que ser un gran analista político para saber que este
no se dará en marzo de 2016 como repite Santos (Lo mismo decía en las
elecciones de 2014, que el proceso se firmaría ese año y ya pasó todo 2015). Los
líderes de las FARC son astutos y saben que entre más dilaten el proceso, su
posición de negociación va a ser más fuerte. En un momento del proceso se
estaba negociando cuántos años pasarían los líderes de las FARC pagando sus condenas
de justicia transicional, y ahora se está discutiendo es cuántos escaños
vitalicios tendrán en el Congreso. Santos no tiene otra opción que esperar y
ceder, sus cartas están encima de la mesa: su legado y su cada vez más limitado
capital político dependen de la firma de la paz. Igual es mejor un armisticio imperfecto,
que décadas y décadas de más sangre y dolor.
La recomendación: Los Ejércitos de
Evelio Rosero. El libro es una joya, en él se trata con una gran narrativa,
sutileza y dignidad la violencia de la que han sido víctima nuestros
campesinos, el protagonista es un anciano, que disfrutas fisgoneando la esbelta
figura de su vecina, a través de la vida cotidiana rural del anciano se describe
con gran respeto y precisión el
sufrimiento de tantos años de guerra. Es perfecto para aquellos que desde la
cómoda burguesía bogotana pregonan por la guerra.
La preocupación: La
economía debilitada por el precio del petróleo. A Colombia le pasa siempre lo
mismo, cuando todo está bien se duerme. Colombia se sintió cómoda en el tren
minero energético, cuando los precios de los commodities estaban altos y dejó a un lado al sector manufacturero
y la agroindustria. Ahora que los grandes productores de petróleo, en especial
Rusia y EE.UU, han incrementado su producción y los grandes consumidores
emergentes (China e India) no están creciendo a dos dígitos, se da una drástica
caída de los precios. Hace no mucho Colombia producía un millón de barriles
diarios, y los vendía por encima de US$100 dólares, ahora produce alrededor de
800 mil barriles a US$40 dólares. El totazo no es poca cosa. La economía ya lo
está sintiendo, solo hay que mirar el mercado accionario (la segundo bolsa que
más cayó en el mundo). El panorama en 2016 de los precios del petróleo parece más
oscuro, si occidente normaliza relaciones con Irán, la oferta se incrementará. Además,
la demanda de los países industriales por energía limpia cada vez es mayor, se
habla en 2016 de un barril de 30 dólares. El problema está en que Colombia no
tiene un plan B para desarrollar otros sectores productivos que compensen este caída.
El 2016 va a ser un año durísimo, pero toda crisis es una oportunidad, y en
este contexto surge la esperanza que se desarrollen sectores más sostenibles, que
generen mayores empleos y que muchas regiones del país se inserten en el
capitalismo global.
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