Después de una reunión de trabajo queda un sabor que se perdió mucho tiempo.
Es común que la gente comente “No se necesitaban dos horas, se hubiera podido decir
lo mismo en treinta minutos”. Hay personas más explicitas y dicen “Hoy no trabajé
por estar todo el día en reuniones”. Éstas, al menos en Colombia, están a kilómetros
de ser óptimas.
La ineficiencia se debe en general a cuatro temas: a) las personas llegan
tarde y sin sonrojarse preguntan o comentan sobre los temas que ya se habían adelantando,
volviendo a empezar la reunión (Adolfo Zableh escribió “Prefiero un alemán
haciendo cara de culo a tiempo, que un colombiano tarde con una sonrisa”); b)
Por los que hablan por hablar, y que su aporte tiene un tinte más de ego que de
agregar valor; c) La gente asiste a la reunión sin conocer el objetivo de ella,
es decir, hay que hacer una pre-reunión, para que luego si poder avanzar; d) El
preámbulo de la reunión, lo que se llama “small talk”, donde por varios minutos
se habla de cotidianidades retrasando el inicio de la reunión.
Sufriendo de los síntomas inicié un ejercicio en detectar los lugares
comunes de las reuniones y sus implicaciones:
1) Por ver las ramas del árbol no estamos viendo el bosque: Una de los
salvavidas preferidos de los consultores cuando la conversación se está yendo a
particularidades que no domina. Un consultor que patina, es lo mismo que un
delantero sin gol, sus días están contados. Antes de resbalar saca este comodín
para que la reunión vuelva a temas generales que sin mucha preparación puede
controlar.
2) Un abordaje integral, para optimizar recursos y promover sinergias: Suena
sofisticado pero esto es la misma tontería que decirle a un comerciante que compre
barato y venda caro. La teoría todos la sabemos, lo que tiene valor es especificar
el detalle, señalando los pasos de cómo lograrlo.
3) A mí no me empujen, a mí deténganme: la frase preferida de un actor de reparto. Por lo general ambicioso y con ansias de protagonismo. Es aquel que ante una propuesta alza la mano y da a conocer como él ya había pensado en esa idea, y no sólo eso, además ya había adelantado acciones en ese sentido. Tipo aburrido y peligroso.
4) Muy buena la idea pero me parece que es transversal: Cuando alguien da una
idea concreta, la mejor forma de destruirla es usando el adjetivo
“transversal”. Eso significa que su idea va en todo, y al ir en todo va en
nada. La idea concreta queda diluida, sin ningún responsable y sin presupuesto para
su ejecución. Una idea transversal análogamente es lo mismo que crear una
comisión: al final no pasa nada.
5) Cada reto es una oportunidad: Esta es la frase bisagra, el lugar común por
excelencia donde se cierra el diagnóstico y se pasa a las recomendaciones. Tal
vez el primero quien lo dijo tuvo un cabezazo, pero ahora es una frase reiterativa
y predecible.
6) Eso es operativo, eso no tiene problema: Esta es la frase del senior que acaba de clavar a su junior. Que algo sea operativo, y que no
tenga retos mentales no quiere decir que no quite mucho tiempo y energía. Una
mudanza es operativa, e intelectualmente no tiene retos, pero al hacerla se ve que
no es fácil y que sí tiene problema.
Ahora, hay gente que le gusta estar en reuniones. Es la manera más lista de
trabajar poco y pretender que se hace algo. Es una forma de alejarse del jefe,
y en caso que “caiga” un problema que necesita solución inmediata, pues éste no
se le puede asignar a quien no está. Es
la manera de ganar tiempo libre, pues es difícil contralar que el empleado
llegue a tiempo a la reunión o esté en toda. Además, si la reunión acaba
pasadas las 4pm, lo más seguro es que se vaya para la casa.
Pero sobretodo las reuniones son un reflejo de la sociedad colombiana,
donde no se respeta el tiempo del otro, donde se habla mucho y se ejecuta poco.
Donde la gente es muy participativa y quiere figurar, hasta el momento donde se
asignan compromisos, y los hace poco activos empiezan a esconderse en su silla.
Como sociedad somos facilistas, y en ese sentido somos muy buenos para hablar,
y echar globos, para grandes planes y presentaciones con muy buenos diseños. Somos
flojos para concretar y trabajar en el largo plazo logrando resultados
concretos.
Por esto hay que precisar la percepción que el colombiano trabaja mucho, yo
creo que es más concreto decir que el colombiano pasa mucho tiempo en la
oficina y en reuniones. Sólo hay que ver a los alemanes, motor de la economía
de la Unión Europea, (al ser un gran exportador de manufacturas de valor
agregado) los empleados trabajan 35 horas a la semana, y tienen 24 días de
vacaciones al año, y son una economía altamente productiva. El alemán cuando va
a trabajar es a trabajar, no conversan entre compañeros. Ellos trabajan mucho y se
reúnen poco.
PD: Para más detalle de la cultura
alemán en el trabajo leer http://knote.com/2014/11/10/why-germans-work-fewer-hours-but-produce-more-a-study-in-culture/
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