Quedan
1425 días para Rusia 2018, y empieza la cuenta regresiva porque hace falta el
Mundial. Reuniones organizadas para que no haya conflicto de horario con los
partidos, restaurantes seleccionados dependiendo del televisor y la calidad de
la señal, conversaciones con extraños sobre el partido que pasó (en un país que
lo primera lección es a no hablar con extraños), discusiones sobre el mejor
gol, sobre si fue penal de Márquez a Robben, sobre si fue gol de Yepes, sobre que
tan culpable fue el árbitro de la eliminación de Colombia. A todo esto habrá
que ponerle una larga pausa, pero antes, para extender por unos minutos más
este Mundial quisiera destacar algunos aspectos:
Alemania una maquina
de jugar al fútbol. Menotti
dijo “El fútbol representa la cultura de un país”, esta es la Alemania campeona:
simple, eficiente, optimizadora (no hay un pase de mas, o un lujo innecesario),
trabajo en equipo, proyecto a largo plazo, estrategia que se ejecuta y se mide (no
se queda en un Power Point). Leí de
una periodista “ya no se gana un mundial con un jugador descubierto en un potrero”.
Muy cierto, los alemanes fabricaron estos jugadores en un proyecto a largo
plazo, y que tenía por objeto un equipo más técnico y con mayor volumen
ofensivo, es decir, agregaron estas características manteniendo su ADN: la
fuerza física y mental, más una defensa casi perfecta. Ni un sobreviviente de Auschwitz podría negar que Alemania fue de
lejos el mejor equipo del mundial.
Juega con el corazón
no con las piernas. Mascherano
es el mejor representante del fútbol argentino. Puede que Messi tenga el talento
de Maradona pero el corazón lo heredó Mascherano. Hace más de cuatro año Maradona
dijo “Argentina es Mascherano +10” todos se le burlaron, una vez terminó el
partido contra Holanda las palabras de Maradona sonaron con más fuerza. Él es
sinónimo de pundonor, tiene los guevos que le faltan a Messi. (La primera frase
la tomé de este comercial: https://www.youtube.com/watch?v=KdrhT3-u05A)
El jugador que enamoró
al mundo. Más de
una amiga no colombiana escribió “Amo a James”. Cómo no quererlo si tiene todas
las cualidades que enamoran: alegría, compromiso, generosidad,
talento, ternura, responsabilidad y entrega. Tal vez mucho se lo deba a su
padre (ex futbolista Selección Colombia juvenil de 1985) quien tenía problemas
con el alcohol. En la vida se aprende por imitación o por oposición, especulo
que James se alejó del trago y de las malas amistades evitando repetir los
errores de su padre, gracias a esto estamos ante el mejor jugador de la
historia de Colombia. Lo que siempre debe producir más que una sonrisa es
pensar que le quedan ocho años de fútbol de primer nivel. (Goleador del Mundial
con seis goles, en cinco partidos consecutivos, además de dos asistencias.
Grande entre los grandes).
La frase que resume el
Mundial. La dijo
Gary Lineker delantero inglés quien fue goleador de México 86 (jugando cinco
partidos) “el fútbol es un deporte de once contra once donde siempre ganan los
alemanes”.
La FIFA se escribe con
F de Fiasco. Lo del
premio a Messi a mejor jugador del Mundial, parece un mal chiste. Ni su abuelo
se lo daba. Ni merece estar en el once ideal, por encima de él estuvieron:
Kroos, Mueller, James y Robben.
La paradoja fue su
gran defensa y sus pocos goles. Mucho
se hablaba de los cuatro fantásticos (Messi, Agüero, Higuaín y Di Maria) y
mucho se criticaba la defensa de Argentina, pues al final el equipo llegó a la
instancia final, más por el acople de Garay, la experiencia de Demichelis, la
valentía de Rojo (gran jugador) que por la zurda de Messi, los enganches de
Agüero o la definición de Higuaín.
En el fútbol sigue
pesando la historia y lo mental. Brasil
eliminó a Colombia por camiseta, claro el árbitro también metió mano, pero la
derrota se da en gran parte porque Colombia pensó que jugaba contra Brasil en
Brasil, en una instancia a la que nunca había llegado. Nunca antes Colombia en
lo futbolístico había sido tan superior a Brasil, sin embargo perdió. La
historia sigue pesando. Uruguay siempre compite pensando que puede ganar,
porque en su ADN tiene dos copas de mundo, no importa que ni los padres de los
jugadores las hayan visto, eso es lo que dice la historia, y la historia es el
soporte de la mentalidad. Los charrúas juegan a vencer sin importar el rival o las
circunstancias. A Colombia la falta de historia le afectó lo mental, y salió
eliminado.
La humillación ya
todos la conocen.
Para dimensionarla con datos del Mundial solo tres equipos se fueron al primer
tiempo perdiendo por cinco o más goles: Haití (1974), Zaire (1974) y Brasil
(2014). (Fuente: Misterchip).
La revelación tica. Costa Rica salió invicto del Mundial
jugando contra tres ex campeones del mundo y Holanda (El grande sin corona). Se
metió a cuartos de final y tuvo al mejor arquero del torneo: Keylor Navas (un
fenómeno, atajaba hasta las acciones invalidadas). Un equipo corto y simple, que
dejaba pocos espacios, y que arriba aprovechaba la explosión de Campbell (uno
de mis favoritos) y la inteligencia de Bryan Ruiz. Ni el más optimista de los
ticos esperaba esta actuación antes del Mundial.
Necesitan una
consultoría en comunicación estratégica. Lo del mordisco de Suarez fue lamentable, no sólo por
la parte “ética” sino por la privación de ver a un jugador tan completo (es el jugador que más disfruto ver), tiene
gol, pase gol, tiro libre, cabezazo, marca, sacrificio, guevos, le paga con
derecha e izquierda, él sólo le ganó a Inglaterra y le puede ganar a cualquiera.
El error estuvo en las declaraciones de los dirigentes y futbolistas uruguayos
negando lo innegable, diciendo que algo registrado en imágenes no sucedió, que
fue un accidente y no algo intencional (cuando era reincidente). Luego hablando
de un complot de la FIFA para sacar a Suarez pues en cuartos se enfrentarían a
Brasil, cuando aún no habían jugado contra Colombia en octavos. El mensaje
debió ser “Un mordisco no es convencional, no es típico de este deporte, es una
reacción primitiva pero también humana, de un jugador que siempre quiere ganar
y reaccionó así ante la impotencia. Una acción desafortunada que no pone en
riesgo a su rival. La sanción de la FIFA debe ser proporcional en como la falta
afecta la integridad del futbolista, y no si es heterodoxa o reincidente”.
La confianza y la
paciencia rinden frutos. Pregúntenle
a Sabella como le respondió Romero, o a Pekerman como lo hizo Yepes. Jugadores
cuestionados por periodistas e hinchas hasta el punto que decían “No tienen
nivel para siquiera estar entre los 23 convocados”. Ambos técnicos respondieron
a las críticas ratificándolos en la titular, Romero y Yepes en agradecimiento
jugaron al nivel más alto de sus carreras.
La oportunidad que
dejaron pasar. La
iglesia católica era tan anacrónica que venía en caída libre. Había más
conexión entre un pastuso y un costeño, que entra la iglesia y sus seguidores.
Todo empezó a cambiar con la llegada de Francisco I (con la elección del
nombre se venía un líder más cercano al pueblo). Un Papa que vive en el
presente, que sabe conectar con la gente y quien lidera un proceso de revivir
la fe católica. Que poca inteligencia no haber ido a la final del mundial en
compañía de Benedicto XVI. La iglesia católica dejo ir una oportunidad de oro,
ellos deben aceptar que el fútbol mueve más masas que la fe católica.
El mejor gol fue el de
Holanda contra España. La
parada de pecho y la media vuelta de James contra Uruguay fue fabulosa. Pero el
cabezazo de Van Persie contra España, y la forma como gira la cabeza tras un
centro desde el medio campo no tiene competencia.
El once ideal del
Mundial liderado por el campeón del mundo. Jugando un 3-5-2 que puede tener muchas variaciones: Navas (Costa Rica); Hummels
(Alemania), de Vlaar (Holanda), Yepes (Colombia); Pogba (Francia), Mascherano (Argentina),
Kroos (Alemania), James (Colombia), Mueller (Alemania); Robben (Holanda) y Benzema
(Francia).
La reflexión uno. Como sociedad Colombia debe evaluar
su actitud ante el 1-7 que sufrió Brasil, algo debe andar mal cuando hay un
ánimo revanchista tan grande y explicito. La gente quería más goles, que la
masacre fuera mayor, deseaban más sangre. Una sociedad que desconoce la
compasión. Como hincha de Colombia lamento la humillación de los brasileros,
porque conozco el dolor, porque sé como se pega a la piel y como arde cada vez
que se recuerda.
La reflexión dos. Pobres aquellos que no les gusta el
fútbol, pues no entienden gran parte de la vida. La felicidad en cada gol que
hizo la Selección Colombia, es una sensación única. Mirar para atrás y pensar
“ganamos”, es una alegría tan grande que el cuerpo se demora en
asimilarla.
La frase de
Sócrates. Brasil debe volver a su esencia a su
juego generoso y de ataque, olvidar a Scolari y a Parreira, y volver a ganar un
Mundial como el del 70, o emular esa equipo del 82 donde jugó Socrates, un
genio dentro y fuera de la cancha. Acá una frase suya que va más allá del
fútbol: “Lo único que uno se lleva de esta vida es el amor de los amigos”.
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